Fue una antigua ciudad griega del sur de Sicilia, en la actual provincia de Trapani, en la costa sudoeste, en la desembocadura del río Selinunte, a unos 6 km al oeste del río Hipsa. En el periodo clásico, fue un rico centro comercial de la Magna Grecia.

Tuvo una vida corta (unos 200 años). En este período su población creció a 25.000 unidades. El nombre viene del perejil silvestre (selinon en griego) que los colonos encontraron en abundancia. Una planta de perejil también se representaba en las monedas acuñadas después en Selinunte. 

La ciudad era el puesto de avanzada occidental de la cultura griega en Sicilia. Se alió con Cartago, básicamente para garantizar la protección contra la cercana ciudad de Segesta. Pero después de la desastrosa expedición ateniense a Sicilia (415-413 A.C.) cambió los equilibrios: Segesta, un aliado de Atenas, en primer lugar, logró obtener una alianza con los cartagineses. Los “selinuntinos” habían perdido los signos de cambio e invadieron los territorios de Segesta, que se creían sin protección. Pero la reacción de Cartago fue espectacular: la ciudad fue sitiada durante nueve días por un ejército de 100.000 cartagineses y completamente destruida. De 25.000 habitantes, 16.000 murieron y 5.000 fueron hechos prisioneros. 

Selinunte más tarde fue reconstruida por los colonizadores griegos y púnicos. 

En el 250 A.C., después de haber ganado la primera guerra púnica, destruyó una segunda vez la ciudad, que no se habría restablecido jamás, trasladando su población a Lilibea.

Un poderoso terremoto en el décimo o undécimo siglo, reduce a un montón de ruinas los monumentos de la antigua ciudad. 

En la segunda mitad del siglo XVI, la ciudad fue redescubierta por el historiador Thomas Fazello, y en 1823 los británicos emprendieron excavaciones arqueológicas. 

El sitio arqueológico, en el que destacan los restos de las fortificaciones y numerosos templos de orden dórico, se considera el más extenso de Europa.